En el corazón del casco histórico de Jávea, se encuentra esta casa de pueblo. La casa ha sido cuidadosamente reformada y adaptada para su uso como oficina, pero que fácilmente podría transformarse en una acogedora vivienda.
Al acercarte a la casa, te recibe una fachada enmarcada de piedra tosca, típica de la arquitectura local, que irradia historia y encanto. Sus paredes blancas contrastan con las ventanas y puertas de madera, creando una estética rústica y auténtica.
Al cruzar el umbral, te encuentras con un espacio de recepción y 2 oficinas que podrían convertirse en el salón y cocina de la casa. Al subir las escaleras tenemos diáfano que actualmente se utiliza como zona de trabajo. Grandes ventanales permiten la entrada de luz natural, iluminando el interior y realzando los detalles arquitectónicos. La casa también dispone de un sótano que podemos utilizar de trastero o bodega.
Una escalera de madera te conduce a la planta superior, donde se encuentran los espacios que podrían convertirse en dormitorios, sala de estar y baños. Los techos son abuhardillados lo que le da un toque tradicional y acogedor a la estancia.
La casa dispone de una terraza al aire libre privada, ideal para disfrutar de momentos de tranquilidad al aire libre.
Con un poco de imaginación y trabajo, esta casa de pueblo en el casco histórico de Jávea tiene el potencial de convertirse en un hogar encantador que conserva el encanto de lo tradicional con comodidades modernas.
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